lunes, 26 de noviembre de 2012

VII.- LA POBREZA Y EL HAMBRE EN EL MUNDO

          1. Preliminares.-
          Actualmente la humanidad sufre el álgido drama de la pobreza y el hambre de millones de personas en el mundo, y según el Programa Mundial de Alimentos (FAO) mil millones de personas sufren de hambre en el mundo (1). Ya no clasificamos a la población mundial según los lugares geográficos, sino según su situación económica en ricos y pobres. El 22% de la población mundial es de países industrializados y el 78% es de países todavía en desarrollo. El 80% de la población mundial consume sólo el 20 por ciento del producto bruto mundial. “2/3 partes de las personas que luchan por sobrevivir con menos de un dólar USA al día viven en el sur de Asia y otra quinta parte en el África Subsahariana. En América Latina vive el 5 por ciento de los pobres del mundo” (2). Noventa millones de pobres están en la indigencia (3), y según la FAO una de cada seis personas en el mundo no tiene nada que comer.
          Mediante sutiles formas de imperialismo de unas naciones sobre otras, la felicidad de unos pocos es a costa del sufrimiento económico de la mayoría poblacional mundial; de allí que hay hambre y miseria en continentes casi enteros, y sobre la pobreza de diversos pueblos un reducido número de familias derrocha los recursos naturales que como bendición fueron creados por Dios en este planeta, para que todos nosotros podamos compartir en justicia, solidaridad y amor, haciendo eco del nuevo mandamiento que el Creador nos dio: “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”, como dice el Evangelio.
          Mediante la civilización y el progreso tecnológico de las comunicaciones, se propicia un neoliberalismo para un capitalismo y un consumismo desenfrenado, en beneficio sólo de los grandes grupos económicos mundiales, pero paralelamente ¡siguen muriendo de hambre y pobreza extrema millones de personas en el mundo!
          “Si hace 160 años el mundo lanzó una campaña exitosa contra la esclavitud, hoy todos debemos ayudar a dirigir una campaña social contra la pobreza de masas. Las Naciones Unidas deben ayudar a encabezar esta campaña, pero sólo tendrá éxito si la dirige una coalición amplia en la que deben participar las principales potencias” (4). Apelemos a la solidaridad de la Santísima Virgen María para que así como decidió ir en ayuda de su anciana prima Isabel, ilumine con su luz las diversas acciones solidarias necesarias para mitigar el drama de la pobreza en el mundo, y mueva el corazón de los líderes de naciones poderosas para que despierte en ellos sentimientos de solidaridad y misericordia, porque ella es también “Virgen misericordiosa, noble y generosa”. (5) (Letanías).
           En efecto, a nivel mundial y local se están desarrollando importantes acciones, en lucha contra este flagelo de la humanidad, encausados entre los varios objetivos del milenio y otros; pero como prima mayormente el egoísmo de los ricos, la corrupción de los gobernantes y otros factores interesados, entonces gran parte de la humanidad en pleno siglo XXI no ha logrado superar el drama de la pobreza que sufrió la Virgen María madre y su familia como distintivo de su humilde vida. Ahora ella en medio de este drama de sus hijos, como toda madre camina con nosotros a nuestro paso y comparte nuestros dolores, frustraciones y sufrimientos derivados de la pobreza y el hambre.
          Porque también ella comprende y sabe de las privaciones propias de las condiciones infrahumanas de pobreza, sufre con estos hijos como sufrió con su Hijo Jesús en la pobreza del establo y pesebre de Belén; y también como en el calvario ante la cruz, impotente ante el abuso de los poderosos y la ingratitud del pueblo embriagado por el odio a Cristo quien antes puso al descubierto la maldad de la avaricia del rico. Por eso a ella le decimos: “¡cómo sufriste María aquellos días al ver a tu hijo desafiando de ese modo a los jefes de tu pueblo!”, a quienes les decía: “Te esquivas el mosquito pero te comes el camello, ¡hipócritas, sepulcros blanqueados! ¿Cómo esquivaréis el juicio del infierno?” (6).
          Sin embargo, nuestro planeta es una morada ideal que Dios nos ha dado, capaz de alimentar y dar bienestar lo suficiente a más de los 7 mil millones de habitantes que actualmente ocupan el planeta. (7) Posee infinidad de recursos para la subsistencia, la productividad y el desarrollo integral de todos los pueblos.
           A esta maravilla de la abundancia de recursos naturales como animales, plantas, minerales, acuíferos, etc. que Dios ha dado a nuestro planeta, se añade otro regalo que también nos ha entregado, la ciencia y la tecnología para la producción y explotación inteligente de estos recursos. Pero para el desarrollo integral del hombre le ha dado asimismo una ética que le permita hacer uso moral de estos recursos en una igual y justa distribución de la riqueza entre todos sus moradores, en mutua solidaridad de la cual María es nuestro paradigma a seguir.
          Dios se preocupó de darle al hombre esta moral desde que lo creó. Fue así que Adán y Eva podían disfrutar de los maravillosos recursos del Edén, siempre que no coman del árbol prohibido, que significaba el pecado de la desobediencia y el mal uso de los recursos naturales en el egoísmo y la ambición. Y en cuanto quebrantaron su mandato fueron sancionados terriblemente (8). Después del lanzamiento del Edén, que sufrieron nuestros primeros padres por su pecado, la humanidad ya no es perfecta y surge la ambición y el egoísmo como una fuerza poderosa. “Este pecado es el amor de sí hasta el extremo de despreciar a Dios en el prójimo”. La serpiente tentó a nuestros primeros padres mediante la desobediencia, haciéndoles creer que si comían del árbol prohibido se volverían como Dios, así ellos, como el mismo Satanás antes y por envidia lo había hecho en el Cielo, desobedecieron y quisieron ser como Dios, comiendo el fruto del árbol prohibido.
           La humanidad no ha cambiado de  manera significativa desde entonces, pues así como el hombre pecó por desobediencia en egoísmo y ambición al querer ser como Dios, es ahora que hay ricos que quieren el poder económico, político y social para vivir como dioses y despreciar al verdadero Dios que está escondido en el prójimo necesitado. De allí que “la religión del hombre que se hace dios está desafiando a la religión de Dios que se hizo hombre en la Santísima Virgen María”, dijo su santidad Pablo VI en un concilio.
           Empero desde nuestro lanzamiento del Edén, como castigo divino, en ese mismo momento no tardó la misericordia de Dios y por ello nos prometió la venida  de la Santísima Virgen María quien mediante su Hijo aplastaría la cabeza de Satanás para la salvación de la humanidad (9). Por eso, en la actualidad, aunque se ha roto la relación entre la ética y la economía, María, como “Una estrella de la mañana” nos brinda la aurora de la esperanza, que en la luz de la redención por su Hijo la humanidad tiene la oportunidad de siendo obediente como ella, pueda retomar el camino al Reino de Dios, mediante la mejora de su conducta en el amor solidario y la justicia social nacional e internacional, rectificando las estructuras sociales que crean injusticia y cultivando la civilización del amor a cambio de la actual que es esclava del bienestar individual, del consumismo, poder y dinero.
          Nuestra actual sociedad ha privilegiado la noción individual de felicidad y no la de compartir con el “otro”. Pero el “solo” no puede ser feliz realmente, puesto que es importante el vínculo con los demás, y hay más satisfacción en dar que en recibir, además en la soledad la existencia se achica. El lujo, la moda, las ofertas para el consumo, invaden la sociedad de nuestro tiempo, incluso los pobres también quieren más cosas (10).
          Pero la civilización del amor exigiría del rico generosidad, sacrificios y esfuerzos sin descanso. Los pueblos desarrollados tienen gravísima responsabilidad para el cultivo de esta civilización (11). De allí que María nos dijo en las bodas de Caná: “Hagan lo que Él os diga”, y ahora nos sigue diciendo lo mismo. Dios nos ordenó en su Evangelio, y nos sigue ordenando mediante los dictados de nuestra conciencia moral; y ante una muchedumbre hambrienta dijo: “Denle ustedes de comer” (12), y cuando le dieron lo que tenían Él hizo el milagro de la multiplicación de los panes y peces. “Mediante el dictado de esta conciencia el hombre percibe y reconoce las prescripciones de la ley divina” (13).
          “El hombre prudente cuando escucha la conciencia moral, puede oír a Dios que le habla” (14). “La conciencia moral es un juicio de la razón por el que la persona humana reconoce la cualidad moral de un acto concreto que piensa hacer, está haciendo o ha hecho” (15), y hace posible asumir la responsabilidad de los actos realizados. La madre de Cristo fue muy obediente a los llamados del Señor en su corazón y en su vida real, y si por desobediencia caímos como humanidad, en el pecado original, por la obediencia de María tuvimos en su Hijo la posibilidad de reconciliarnos con Dios (16), y ahora Él nos sigue ordenando convivamos todos en amor solidario y justicia social; sólo así superaremos el drama de la pobreza y el hambre en el mundo, que causa tantas víctimas mortales, las que caen después de titánica lucha contra la miseria.
          Pero para Dios es tan importante la vida de cada uno que todos debemos acudir en su auxilio, porque al igual que Cristo murió en la cruz por salvar a toda la humanidad, lo haría también si se tratase tan sólo por una única persona. De allí que cabría reflexionar en el contenido del poema “Masa” de César vallejo, que a la letra dice:  
Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: "¡No mueras, te amo tanto!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos repitiéronle:
"¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando "¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: "¡Quédate hermano!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Entonces, todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar...(17).                              
          También para la Madre del Redentor es el amor solidario universal que debe unir a todos sus hijos, en la lucha contra el hambre, porque para ella como madre todos y cada uno de ellos tienen igual importancia en su corazón.  
          2. Peculiaridades de la pobreza y el hambre en el mundo de hoy 
          “El Lázaro del siglo XX está en la puerta” (18), y el drama de la pobreza se expresa en forma trágica lastimando a millones de personas; los valores de amor y solidaridad de la Virgen María y el de la dignidad de la persona que Dios nos dio se han invertido y ahora muchos dicen que la pobreza es el justo castigo que los ineficientes merecen. Los pocos que tienen mucho cada vez tienen más y los pobres son cada vez más pobres, de allí que éstos claman a María diciendo: “Mira María la injustica generalizada, se nos está llenando el alma de mentiras, se nos roba el pan de nuestras mesas; nos echan en cara el mal que padecemos; y encima nos acusan de pereza” (19). También claman a Dios diciéndole: “Quédate con nosotros Señor porque en esta civilización tan pagana está oscureciendo”, pero Él no se va porque “el pobre es Cristo y cualquier injusticia con ellos es una bofetada en su rostro” (20).
          Las causas de la pobreza en el mundo son multisectoriales, entre las que podemos mencionar está: la injusticia social en las relaciones comerciales internacionales en las que los países en vías de desarrollo llevan la peor parte, en beneficio incondicional de los países industrializados quienes ponen los precios a los productos provenientes de los países débiles en su economía. Las condiciones negativas que para los préstamos ponen las instituciones de crédito internacional, las que exigen ajustes estructurales nefastos a los países pobres que lo solicitan, además de altos intereses, control demográfico, etc. La corrupción de los gobernantes. El neoliberalismo que se ha impuesto en el mundo mediante la globalización injusta y los tratados internacionales de libre comercio. Las guerras, etc.
          Estas y otras causas tienen como trasfondo la quiebra de los  valores morales que como virtudes María sí cultivó, entre las que está fundamentalmente la solidaridad, la justicia, la caridad, veracidad, la fe en Dios, clemencia, etc. Es por eso que el mundo actual está cayendo en el relativismo moral, rechazando las enseñanzas morales de Cristo. Está cayendo también en el secularismo al pretender vivir como si Dios no existiera; y en el laicismo gubernamental al no querer para el ejercicio del poder profesar religión alguna. Lentamente nos estamos orientando hacia un mundo capitalista, hedonista y ateo. Es decir, la humanidad está perdiendo a Cristo Jesús; y de este hecho sufre María como sufrió angustiada durante 3 días cuando también perdió a Jesús en Jerusalén,   aunque luego lo encontró en el templo.
          Por eso es que suceden hechos terribles que van contra los derechos fundamentales de las personas, como en esclavitud de masas: la pobreza y extrema pobreza. “El 40% de la población mundial o quizás más se encuentra en la extrema miseria”. (21) De ellos 27 millones son los nuevos esclavos en el mundo de hoy, los cuales un buen porcentaje están en la India fabricando ladrillos, incluso niños, pagando deudas de sus antecesores al parecer en forma indefinida (según reportaje del canal de televisión CNN en Español, del 28 de Marzo del 2011); 854 millones de personas padecen de hambre crónica en el mundo (22), y cada año se incrementa 4 millones (23). Según el Programa Mundial de Alimentos, organización que combate el hambre en el mundo, una de cada seis personas no tiene nada qué comer (24). Un poco más de 80 millones de niños viven en sólo las calles de las grandes ciudades (25). Y además 28 mil niños cada día mueren por causas derivadas de la pobreza. El mayor índice de pobreza se da en el África en donde el 47 por ciento de la población viven en condiciones de absoluta pobreza.
          Cuando una madre ve morir al hijo a consecuencia del hambre la que le ha desencadenado malnutrición y enfermedad, participa con el sufrimiento de María en el martirio desconcertante del despojo del propio hijo, como cuando ella al pie de la cruz impotente vio morir a su Hijo. Ahora María sobresale entre los pobres y los humildes del Señor de todo el mundo, porque la característica esencial de su humildad fue la pobreza en la que aun así albergó al Hijo de Dios cuando vino a la Tierra.
          -El derecho a la alimentación y al agua son derechos universales de todos los seres humanos. En el uso de este derecho María cuando tuvo su familia siempre se preocupó porque haya pan en su mesa, para ello molía el trigo del cual lograba la harina y con ella lo elaboraba; además preparaba otros alimentos, y cargaba desde lejos agua para suministro de su hogar. Esta preocupación por la alimentación y el agua es también para todas las familias actuales, ella desea que todas las madres puedan disponer de los medios suficientes para el alimento y bienestar de nuestras familias. Hay que ser madres para comprender a la Virgen, como madre nuestra, por el sufrimiento que ahora tiene ante el hambre y la sed en millones de nuestros hogares.
          Así por ejemplo, cuando ella ve que en determinadas partes del África hay hogares tan pobres que en las noches ante los llantos de hambre de sus hijos hacen hervir piedras a fin de engañarlos: “que ya estaría pronto la cena”, para mientras tanto se duerman hasta el día siguiente. Cuando sabe que más de mil millones de personas en el mundo carecen de agua potable, y más de 2200 millones no tienen redes sanitarias (26). Cuando también sabe que una de cada cuatro personas malnutridas en el mundo están en el área Subsahariana. Ella, asimismo, sufre porque ahora la agricultura de subsistencia ofrece las peores cifras del mundo. Y que en el año 2050 más de la mitad de la población del planeta tendrá problemas de acceso al agua (27). Y además, cuando según informe de la FAO (Servicio de la ONU para la alimentación y agricultura) hay mil millones de personas malnutridas en el mundo (28).
           Ante este drama de la mayoría de sus hijos en el mundo actual, muchos de ellos claman diciéndole: “María que acompañaste a tu Hijo crucificado, acompáñanos hoy a nosotros en nuestros sufrimientos y escucha la plegaria que elevamos a ti. María que cantaste en el Magnificat las acciones liberadoras de Dios, ayúdanos a encontrar los caminos como pueblo para salir de este sistema de pecado que tanto nos oprime. ¡Ay que pobreza! ¡Qué desesperación!” (29).      
          El derecho a la alimentación: “En muchos países pobres persiste y amenaza con acentuarse la extrema inseguridad de vida a causa de la falta de alimentación. El hambre todavía causa muchas víctimas entre tantos “Lázaros” a los que no se les consiente sentarse a la mesa del rico epulón…” (30). “Dar de comer a los hambrientos es un imperativo ético para la Iglesia universal que responde a las enseñanzas de Jesús sobre la solidaridad y el compartir” (31). “El derecho a la alimentación y al agua tiene un papel importante para conseguir otros derechos, comenzando ante todo por el derecho primario a la vida” (32), y a la salud.
          Pero, la salud se ha mercantilizado. La industria farmacéutica por la propiedad intelectual dejó morir, por ejemplo, a 24 millones de personas por el SIDA, en el África. Se está impidiendo que la medicina sea social, de allí que millones de niños y madres en el mundo morirán este año por causas totalmente prevenibles o curables. Por eso, es a María como “Salud de los enfermos” (Letanías) que los pobres le piden así; “María que desatas los nudos de la enfermedad y devuelves la salud y la alegría. ¡Ruega por nosotros!”. (33) No olvidemos que  ella se preocupó mucho por defender y cuidar la vida de Jesús, lo salvó de morir por la persecución de Herodes, aunque más tarde no pudo salvarlo de morir en la cruz. Ahora “la situación de pobreza provoca todavía en muchas zonas un alto índice de mortalidad infantil…” (34).
          Todavía actualmente, al igual que el sufrimiento de María en el establo de Belén, millones de seres humanos no disponen de un abrigo con qué recibir y cobijar al hijo que les está por nacer, no poseen una vivienda decorosa que les permita cobijarlos en su ingreso a la luz de este mundo. Mientras tanto misiones de astronautas son enviadas a navegar por el espacio sideral en busca de una nueva morada, puesto que la que poseen aquí en la Tierra rebasa de confort y lujos. Así por ejemplo, ya planean construir un Lunatic Hotel en la Luna.
          Para estos viajes interespaciales se invierten billones de dólares americanos los que muy bien pueden ser invertidos en auxilio a los hambrientos y pobres del mundo, que mueren lentamente por desnutrición severa. Estos hombres de ciencia actual, para estos viajes, gozan de una admirable tecnología, pero cierran los ojos ante la evidencia de Dios como origen y creador de las maravillas del universo que ellos van descubriendo, pues si lo reconocieran tendrían que agradecerle por su creación, y como Él es amor se sentirían obligados a poner la ciencia, tecnología y dinero al servicio de la solidaridad con los pueblos pobres (35).
           En el “Magnificat” la Virgen sí manifiesta su agradecimiento a Dios proclamando su alma la grandeza del Señor, y reconoce que su poder hizo en ella maravillas. Pero además manifiesta que: “Él se preocupa por el bienestar de los hambrientos, dispersa a los soberbios de corazón y a los ricos los despide vacíos” (36). 
          La pobreza mayormente tiene cara femenina y con ella los niños, porque dependen de la madre desde el vientre. Muchas madres desnutridas dan a luz a hijos también desnutridos. Sin embargo, el rol de la maternidad es trascendente puesto que con María significó la nueva Alianza entre Dios y los hombres.
          “El día del nacimiento del niño Jesús, el corazón de María se hallaba entre lo sublime, lo magnífico y lo amargo, entre la alegría y la aflicción por el futuro de su hijo” (37). Así también, ahora muchas madres pobres al nacimiento de un hijo suyo sienten alegría, pero también temor y angustia sobre el futuro: cómo alimentarlo más allá, con qué hacerlo, si tendrá o no los medios suficientes para educarlo; cómo la sociedad lo marginará, si tendrá la suerte de darle una profesión, si logrará un trabajo que le permita la satisfacción de sus necesidades básicas.
          La Virgen María y su sagrada familia sufrieron el desprecio social por su pobreza. Así por ejemplo, en la primera prédica de Jesús en Nazaret, muchos de su pueblo reaccionaron despectivamente diciendo: “¿No es éste el hijo de María y de José el carpintero?” Luego lo rechazaron, ella presenció este rechazo (38). En la actualidad, por eso ella no está presente espiritualmente en reuniones de familias acomodadas y no caritativas, está sí con las familias de estratos económico-sociales bajos como las rurales, porque el 75% de los pobres del mundo se hallan en el sector rural de los países en desarrollo, y dependen directa e indirectamente de la agricultura de subsistencia.
          “Está también presente en las actuales familias de poblaciones marginadas de los centros urbanos, son poblaciones que no disfrutan de las comodidades de las grandes urbes cuyos habitantes también las desprecian. Estas poblaciones marginadas constituyen el cinturón de pobreza que rodea a aquéllas, y se constituyen en precarias viviendas, en terrenos accidentados, inhóspitos, agrestes, arenosos; sin agua, sin luz, sin pistas, son víctimas fáciles de las inclemencias del tiempo. Estas precarias condiciones originan en ellas enfermedades, desnutrición, hambre, etc., dramas propios de la pobreza extrema” (39).
          La pobreza de María y su familia es el camino por el cual van millones de padres de familia quienes tienen que hacer denodados esfuerzos por conseguir el sustento diario para la sobrevivencia, ante el rechazo y la indiferencia  de sólo un puñado de humanidad pudiente. Por eso Cristo dijo: “¡Ay de los ricos! Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre en el Cielo” (40).
          Sin embargo cuando en una familia acomodada se cultiva la caridad de Cristo hacia las pobres, ella está plenamente presente allí, así como lo estuvo Cristo en casa del rico y jefe de publicanos, Zaqueo, quien decidió dar la mitad de sus bienes a los pobres y devolver 4 veces el dinero que antes había retenido de ellos (41).
          Se considera a María la segunda Eva porque a través de ella Dios deshizo el daño hecho por el pecado original de haber comido el fruto del árbol prohibido. Ahora, un puñado de la humanidad también disfruta abierta y ampulosamente de un fruto prohibido producto del hambre de la mayoría poblacional del planeta, mediante el sistema capitalista neoliberal del imperialismo mundial. Invoquemos a María suplique a Dios deshaga este daño que actualmente sufre gran parte de la humanidad, y también pidámosle nos ayude a “hacer un mundo libre donde el sol sea nuestro, sea nuestra la fiesta y nuestro el alimento. Donde nadie le quite la esperanza a su pueblo” (42).
          Ahora el avance tecnológico, el gran capital, el asombroso desarrollo científico e industrial que permiten grandes comodidades materiales y nos sumergen en una carrera consumista sin precedentes, además del poder imperialista de unos pocos sobre los pobres que son la mayoría poblacional del planeta, etc; constituyen los nuevos ídolos que atraen a la humanidad y la alejan de Dios. María en Egipto observó estupefacta y triste cómo ese pueblo adoraba ídolos de dioses falsos en sus templos; así también ahora contempla con profundo dolor cómo sus hijos en carrera al desarrollo han hecho del dinero, el poder, el confort material, la fama, etc., sus nuevos ídolos.
          María nos trajo al Dios Redentor y muchos le creyeron, otros no, ahora muchos creen en Él pero no practican sus enseñanzas, porque vivimos el drama del divorcio entre la fe en Cristo y nuestra vida, debido a que estamos en carrera hacia aquellos ídolos. Por esta carrera, en el proceso de globalización, no hay caridad hacia los pobres del mundo quienes van quedando marginados e ignorados, y porque en ellos está el mismo Cristo a quien lo ignoramos para la práctica de sus enseñanzas en nuestras vidas. Nos estamos alejando del sentido social de nuestras vidas, y nos estamos entregando a un individualismo exagerado en el que no hay cabida para la solidaridad, virtud que en su ejemplo nos enseñó María, y que Jesús con su enseñanza en la parábola del Buen Samaritano nos mandó a preocuparnos por el prójimo débil y caído. Pero Él también regresará a pedirnos cuenta de este prójimo por quien nos recompensará si en él hemos invertido auxiliándolo.
          Si consideramos que el trabajo dignifica a la persona, son cada vez menos los que pueden dignificarse por esta vía, porque las fuentes de trabajo son escasas. “La automatización de los procesos productivos aleja poco a poco el concurso de la labor humana en la producción…Al igual que en los procesos agrícolas modernos se está consiguiendo mayor cantidad de bienes por los sofisticados medios productivos industriales, con máquinas computarizadas y robotizadas, pero con menos número de trabajadores” (43). El desempleo y subempleo es actualmente una verdadera calamidad social, humilla a las personas, las frustra con consecuencias psicológicas y sobre todo de hambre y miseria.
          Jesús fue un obrero calificado y como hombre aprendió a ganarse el pan con el sudor de su frente, y su madre también fue una trabajadora fuerte atendiendo a las necesidades domésticas de su familia. Por eso ella se hace eco de las súplicas de su pueblo cuando le dicen: “María, nuestra pobreza cómo aprieta: el hambre, el desempleo, la miseria hacen correr ríos de dolor de los pobres.
-Se endurecen nuestras manos inactivas;
-Se entumecen nuestros pies, paralizados;
-Se seca el corazón, llegan los vicios.
-Crece la violencia, se acaba la esperanza.
-La fe se nos termina…se desarma la familia.
-Se nos amarga la fiesta de la vida” (44).
“…Que aunque somos pobres nos duele el desprecio.
…para encontrar el trabajo que nos haría sentir dignos.
Te lo pedimos a vos que fuiste esposa y madre de obreros. Amén”. (45)
          Poder trabajar es un don dado por Dios porque Él también trabajó, pero ahora para los pobres del mundo ya las fuentes de trabajo son escasas, y si hay en ellas es para la explotación de las personas. “No es moral que en empresas ricas hayan trabajadores pobres”. (46)
          3. La deuda externa.-
          La deuda externa está esclavizando a los países más pobres del mundo. Los pobres tienen que pagar la deuda de sus gobiernos de la que no se benefician. La madre de Cristo sabe de las aflicciones de estos pueblos por el pago de esta deuda, y a ésta la conoce tanto que la compara con la que pagaban por tributos o impuestos que los poderosos romanos, en la época de Cristo cobraban a sus pueblos sometidos; pero ahora este sometimiento no es por las armas como antaño sino por el hambre y la pobreza que genera este fenómeno financiero. Es una nueva forma de esclavitud de masas y de imperialismo de quienes ya no pueden rezar el Padre Nuestro diciendo: “Perdona nuestros pecados así como perdonamos a nuestros deudores” (47), porque no quieren rezar diciendo: “Señor venga a nosotros tu Reino” porque este Reino sería de justicia, amor y solidaridad en este mundo, valores que la Santísima Virgen María los convirtió en virtudes de su vida, y que ellos los poderosos de este planeta ahora los rechazan.
          “La deuda externa es el dinero que los países del sur deben a los bancos, a los países del norte y a las instituciones financieras multilaterales (FMI y BM), como consecuencia de los préstamos que sus gobiernos recibieron en el pasado y a los que no pueden hacer frente en la actualidad”.
          “La deuda del conjunto de los países empobrecidos, así como su pago (amortización de capital más intereses) crece constantemente desde hace casi 20 años, a pesar de que estos países han ido  cumpliendo con el pago. Aunque parezca paradójico el montante de la deuda no ha disminuido, porque los intereses elevados la hacen crecer, además, ante la imposibilidad de pagarla los deudores recurren a nuevos créditos para ir poniéndose al día en sus pagos. Por eso crece y crece  esta deuda, a tal punto que por ejemplo en 1998 los países del Sur transfirieron al Norte más de 350 mil millones de dólares de pago, cifra que supone casi 7 veces lo que los países del Norte les prestaron en concepto de Ayuda Oficial para el Desarrollo…(Informe sobre Desarrollo Humano PNUD 2000).
          “Según datos del Banco Mundial la deuda externa total de los países empobrecidos, ascendía a casi 2,6 billones de dólares americanos (Global Delopment Finance, 2001). Los pagos realizados no consiguen de modo alguno frenar la tendencia al crecimiento del total de la deuda…con los intereses tan altos éstos contrarrestan ese pago y hacen que la deuda siga creciendo, sin posibilidad de que algún día se ponga fin” (48).
          De allí que los pobres oprimidos por el pago de esta deuda claman a María diciendo: “Mira María nuestro país hipotecado por una deuda inmoral y ya pagada. Mira nuestras escuelas convertidas en comedores de mendigos. Mira nuestra salud comprometida por falta del pan de cada día” (49).
          “Los países pobres altamente endeudados presentan tasas de mortalidad infantil, enfermedad, analfabetismo y malnutrición más altas que otros países en desarrollo. Para seis de cada siete países pobres altamente endeudados del África, el pago del servicio de la deuda representa más de la suma total de dinero necesario para aliviar esta situación. Si invirtieran ese dinero en desarrollo humano, 3 millones de niños podrían superar los 5 años de edad (evitando el riesgo de morir, anot. nos) y se evitarían un millón de casos de malnutrición…Los países pobres, por su fuerte endeudamiento, están prácticamente excluidos de los mercados financieros internacionales, “de allí que no vienen inversiones para ellos”. El sistema financiero internacional excluye de la inversión privada a decenas de países y millones de personas. La justificación reside en que no reúnen las condiciones idóneas que demandan las inversiones”.
          “El PNUD estima que en la década de los 80 los tipos de interés para los países pobres fueron 4 veces más altos que para los países ricos…La deuda externa es la manifestación más dramática de la situación de subordinación en la que viven las economías de los países del Sur dentro de la estructura económica internacional….Asimismo, la deuda externa ha supuesto un fuerte  trasbase de soberanía nacional de los países endeudados a las instituciones multilaterales, al verse obligados a aceptar los programas de ajuste” (50).
          Jesucristo ha tratado en determinadas parábolas el tema de la deuda, y en ellas ha demostrado que en estos hechos es suficiente sólo una de estas virtudes: el espíritu de amor, el perdón y la caridad con el deudor. Virtudes éstas muy difíciles de cultivar cuando de por medio está el egoísmo, el espíritu de lucro, la ventaja, la ambición y el poder de control sobre las condiciones de vida de los pueblos endeudados. Por eso nos hace falta rezar constantemente el “Padre Nuestro” que Él mismo nos enseñó: “Hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo”, porque en esas palabras está su voluntad a cumplir cual es el amor solidario y el perdón, ahora principios básicos para la función social que debe cumplir el sistema financiero internacional.
          Debemos seguir el ejemplo de la madre de Dios porque ella sí quiso cumplir la voluntad del Señor, y lo manifestó abiertamente cuando en la Anunciación del ángel Gabriel le contestó: “He aquí la esclava del Señor hágase en mí según tu palabra”. “Así ella dio su “sí” a ese designio de amor…y fue fiel a su palabra hasta el martirio del Gólgota” (51)…”María llevada a la máxima participación con Cristo es la colaboradora estrecha en su obra” (52).
          Roguemos a María quien como fuente y espejo de virtudes derrame sobre el sistema financiero internacional su espíritu de amor, perdón y caridad; para que sus niños no sean privados de su alimento y escuela por pagar los gobiernos la deuda contraída, a fin de que las madres puedan tener lo necesario para la preparación de los alimentos de sus hogares, y para que estas condiciones de los préstamos no socaven más el túnel de miseria y muerte de las poblaciones endeudadas. Pidámosle que interceda ante Dios por sus actuales hijos para que desaparezca la indiferencia ante el hambre y pobreza ajenas, el vacío de Dios en los corazones de los prestamistas, la deshumanización del sistema financiero internacional, el manejo antojadizo de las condiciones para el crédito, la usura, etc.
          Roguemos a Dios para que la Santísima Virgen María no siga sufriendo al ver a sus hijos morir de hambre, desnutrición y su consecuencia la enfermedad, por las privaciones que genera el pago de esta deuda injusta, y porque no siga afligiendo su corazón de madre nuestra, pues ya padeció demasiado al ver sufrir a su Hijo Jesucristo en el calvario y al verlo morir en la cruz.

          4. Dramas de las poblaciones rurales de los países en vías de desarrollo.-
          “De las tres cuartas partes de la población más desfavorecida del planeta que vive con menos de un dólar por día, la mayoría mujeres, viven en zonas rurales. A pesar del ritmo acelerado de urbanización como 3 mil millones de personas, la mitad de la población mundial, viven todavía en zonas rurales” (53). De ella poco es de los países ricos, la mayoría son habitantes de los países en vías de desarrollo.
          En nuestro maravilloso planeta el 80 por ciento de su superficie está integrada por paisajes rurales, éstos constituyen escenario de alta tecnología, gran capital, subsidios y superabundancia productiva propia de la agricultura de los países ricos. Por otro lado, son escenarios también de pobreza extrema, enfermedades, analfabetismo, crisis alimentaria, hambre, desnutrición de sus familias, poca o ninguna posibilidad de técnicas modernas y escasez de capitales, propias de las poblaciones rurales de los países del tercer mundo.
          “De allí la competencia desleal, que éstos sufren, de las economías agrícolas de los países más avanzados que incluso cobran impuestos altos cuando los pobres tratan de ingresar sus productos a los mercados internacionales de los países desarrollados” (54). Así por ejemplo, el cacao que se cultiva en el África produce un exquisito chocolate, y cuando éste se vende en los mercados  europeos recibe para ello una carga de altos impuestos los que dificultan su comercialización. Otro ejemplo es el caso de la India en la que su población rural obtiene sólo 10 quintales de trigo al año, por hectárea cultivada, en cambio en Estados Unidos se obtiene al año 50 quintales por hectárea, debido a su alta tecnología y gran capital.
          La madre del Redentor también provenía de una familia campesina, la que era agobiada por el rico propietario de las tierras y por los impuestos de los romanos. Los productos agrícolas que obtenía eran modestos y sólo les prometían humildes ingresos. Entonces, ella sabe muy bien del drama de los agricultores de los países en vías de desarrollo; sabe que ellos disponen principalmente de sólo sus manos para cultivar y arrancar de la tierra el milagro del fruto, sabe que sus productos son mal pagados, que la mayoría únicamente puede cultivar para consumo propio y así  poder subsistir. Conoce ahora que los tratados de libre comercio que los países desarrollados celebran con los gobiernos de estos países constituyen un peligro para el pequeño agricultor y el motivo de su desgracia vital, por la competencia desleal de las superpotencias.
          Por eso, María como madre espiritual de toda la humanidad actual está acompañando a las poblaciones rurales pobres, sufriendo con ellas el drama de la pobreza e injusticia social. Este es el caso de Etiopía (en África) donde ninguna familia rural puede producir para comer, necesitan el triple de la tierra que poseen para tenerlo, y por políticas regionales no pueden adquirir más tierras en las partes bajas, por eso hay muchos pobres, y peor aun las mujeres están prohibidas de cultivar la tierra, entonces la tienen que dar a un hombre para que la cultive por ella, luego por pagarle ya le queda poco. Sólo cuatro meses al año pueden obtener sus productos agrícolas para nutrirse, el resto del año lo viven por la caridad de sus vecinos o la ayuda del gobierno; además el precio del ganado es alto, difícil de adquirir. Las mujeres y sus niños, por la cultura machista, son entonces los más afectados y como consecuencia sufren hambre y desnutrición, con afección lógica al desarrollo físico y mental, además de exponerse a infecciones.
          Por el alto precio del ganado, los campesinos pobres de Tailandia (en Asia) fácilmente no pueden ser pastores, (55) esto sorprende y entristece a María, porque la noche del nacimiento de su Hijo en Belén fueron los pastores pobres los primeros que se acercaron a adorar al niño, y fue Él quien más tarde se convirtió en el mejor y mayor pastor de nuestras almas. ¡Felices los pastores de todos los lugares del mundo pues ellos también fueron los primeros en recibir el amor y la paz del Redentor, a quienes la Virgen María les entregó a sus brazos, aquella noche de Navidad! Ellos le rindieron a Jesús el primer homenaje del hombre, y se convirtieron así en mensajeros nuestros ante la divina majestad del niño Jesús. Ellos fueron los primeros que rindieron también homenaje a María como madre; y por lo tanto todas las madres solidariamente les debemos gratitud a los pastores (56).
          La Santísima Virgen María está también en el Paraguay (Sudamérica) en donde hay 600 mil campesinos sin tierra, la reclaman porque se las arrebatan cruelmente. Sin tierra no tienen futuro y viven en extrema pobreza. Todo paisaje rural como en el que anidó María a su niño, es hermoso y de mucha influencia sobre el hombre que lo trabaja, porque también a la vez lo disfruta como rezago del Paraíso terrenal. En los paisajes rurales los pobres que trabajan la tierra viven pendientes de la luz y calor del sol, la iluminación de la Luna, beneficios de la lluvia y ríos para sus sembríos. Sin embargo, cuando estas tierras les son arrebatadas a estos campesinos, viven entonces como sumergidos en la oscuridad, porque el Sol y la Luna no brillan ya para ellos sino para el extraño que les arrebató.
          Ella acompaña a otros poblados rurales “del África pues allí la agricultura da trabajo al 70 por ciento de su población, y supone el 40 por ciento de sus exportaciones. Este suelo se ve muy perjudicado por los subsidios a la agricultura de las naciones ricas, lo que tiene un importante impacto en el descenso de  sus precios” (57), estos precios desplazan a los de los productos no subvencionados de todos los pueblos rurales pobres del mundo que intentan exportar sus productos agrícolas a los países desarrollados. De allí que por ejemplo en el África Central hay 220 millones de personas que viven en pobreza, de preferencia los granjeros (58). Ante este drama nuestra madre la Virgen María se conmueve cuando además recuerda que este continente la acogió cuando huía de la matanza decretada por Herodes contra la vida del niño Jesús y de otros niños.
          “La agricultura de los países pobres, en general, sigue sufriendo de aquellos subsidios gigantescos que distorsionan el comercio, y de las barreras impositivas que impiden el acceso a los mercados de países desarrollados”. Sin embargo los países desarrollados pugnan por lograr que los países en vías de desarrollo abran sus mercados para la venta libre de sus productos manufacturados, y en varios casos  logran esta apertura con los TLC (59), y con ellos también ingresan sus productos agrícolas subsidiados los que seguirán destruyendo las posibilidades locales de subsistencia de las poblaciones rurales de los países pobres.
          Nuestra madre la Virgen María no olvida a sus hijos de Asia donde las organizaciones campesinas luchan por su soberanía alimentaria, por los derechos de los agricultores y están en contra de la construcción de grandes represas porque destruyen sus comunidades. Los reclamos de los campesinos de las poblaciones rurales del mundo pobre evocan en María la doctrina de su hijo cargada de amor por el débil y oprimido y en defensa de los derechos humanos, por eso debemos tener presente que no hay solución a la cuestión social fuera del Evangelio (60).
          Además, ella está presente en América Latina como cuando lo estuvo con el indio Juan Diego en Guadalupe en la época colonial de México, ahora este continente tiene 40 millones de indígenas los cuales mayormente de poblaciones rurales, son víctimas de pobreza extrema ante la indiferencia cómplice de muchos políticos que en los gobiernos los representan. Por ejemplo, sufre con las familias campesinas del Brasil cuando son desalojadas de sus tierras por terratenientes, petroleros y por el ejército, y cuando sus dirigentes son asesinados. El drama de estas familias es ahora también el drama de María porque ella descubre a su Hijo sufriente en ellas, por eso en afán de auxiliarlas espiritualmente les recuerda que Cristo dijo: “Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados y bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados” (61). Ella es “Consuelo de los afligidos” porque está espiritualmente entre los pobres que sufren, como cuando Jesús caminó más entre los pobres afligidos a quienes les vino a anunciar el Evangelio.
          María está presente en medio de las tribus de la Amazonía, las que en extrema pobreza contemplan la incesante tala de bosques para la madera de los lujosos muebles de las poblaciones ricas del mundo, y son ahora objeto de la mirada expectante de empresas poderosas que ambicionan las riquezas que Dios ha puesto en las selvas del mundo como un rezago del Jardín del Edén en el que vivieron nuestros primeros padres, Ella como Santa Madre del Creador en Jesús, desea que las maravillas que ha puesto Dios en la creación de estos territorios sean protegidas de la destrucción y ambición, que sirvan de sustento a las tribus que en ellas moran y que por siglos con responsabilidad las han conservado como un regalo al ecosistema del planeta, como pulmones del mundo tan amenazado ahora por el deterioro del medio ambiente.
          La destrucción de la Amazonía se acelera sin voluntad política ni global que la detenga. Y en la selva del África, el segundo pulmón del mundo es el Congo, sin embargo se está deforestando, empresas extranjeras también la deforestan.
          Las poblaciones rurales del Perú hasta hace poco han sido el blanco del ataque entre las fuerzas armadas y el grupo terrorista Sendero Luminoso. Sus campos de cultivos, en el que comparten con Dios la creación de frutos para el sustento de la sociedad, han estado regados por sangre y enterrados allí sus cuerpos, en afán de esconder el delito y abuso que con ellos han cometido estos dos frentes. No conforme la sociedad y los gobiernos con negar de hecho los elementales derechos humanos a esta raza, han hecho del campo escenario de violencia mortal, so pretexto de defender un sistema que jamás los reconoce, u otro sistema que traído del extranjero pretenden imponerles a modo de seudoesclavitud y ajeno a sus virtudes ancestrales del incario, y menos de aquellas que les permitió recibir en aquel Belén a su Creador por la gestación de la Santísima Virgen María y que ahora los mueve en profunda devoción cristiana a ella, quien considera que si los agricultores producen el pan de la tierra, Jesús dio gracias a su Padre por darnos el pan de la tierra. Otro drama similar se da en Colombia el que sería largo exponer.
          Los grupos terroristas ¿ignoran o dejan de lado el hecho trascendental de que la Virgen María nos dio a su Hijo Jesús quien mediante la prédica de su sabia doctrina resolvía el problema del oprimido? Ella se entregó al misterio divino de su maternidad, enfrentó humilde y sabiamente la sangrienta pasión de su Hijo hasta su martirio final en la cruz, todo porque se librase al hombre  de la maldad y daño que significa el pecado, pecado como el abuso, el despojo, la marginación social y económica, y el sometimiento de que son objeto poblaciones como los campesinos, por parte de los gobiernos y el resto de la sociedad. ¿Es que olvidan que ella también sufrió las privaciones de los campesinos en el establo de Belén, y que al alumbrar allí a su Hijo, entre los pastores, se estableció que es a partir del campo que se inicia el proceso de cambio revolucionario en la conciencia moral de los hombres en favor de los oprimidos?  
          Desde el campo la Santísima Virgen María nos dio al revolucionario del amor para la Redención de la humanidad: Cristo. Por lo tanto toda doctrina y proceso revolucionario en favor del oprimido debe alimentarse fundamentalmente de los principios doctrinarios cristianos, cuyos pilares son la caridad, solidaridad, amor mutuo, la justicia, la paz y otros de los que María fue el mejor ejemplo hacia el camino de la verdad, la luz y la vida que significa Cristo.
          “La violencia frena el desarrollo auténtico e impide la evolución de los pueblos hacia un mayor bienestar socioeconómico y espiritual. Esto ocurre especialmente con el terrorismo de inspiración fundamentalista” (62). Cristo dijo a un revolucionario de entonces: “La nueva Jerusalén no se levantará con el derramamiento de sangre de sus hijos”. Esto mismo se aplica a todos los movimientos terroristas del mundo, como el que promueve Al Qaeda y que tanto dolor ha producido. “La caridad cristiana debe ser la principal fuerza al servicio del desarrollo”, no se debe eximir el progreso de la valoración moral y de nuestra responsabilidad compartida (63).
           Esos 40 millones de indígenas en América, tienen similar situación de pobreza a las del África Subsahariana, en donde están afectadas por el deterioro del medio ambiente, que propician las grandes empresas extractoras de sus recursos. Las poblaciones de 23 países del África Subsahariana ahora deben hacer frente a una crisis alimentaria motivada por los conflictos armados, el mal tiempo, ausencia de apropiadas carreteras para el comercio, sequías, caos en la economía, etc. Pero la Virgen María como cuando estuvo al pie de la cruz de su hijo sufriente,  está ahora firme de pie junto a estas y demás poblaciones rurales sufrientes de todo el planeta, las que ahora tienen hambre y para las que desea una multiplicación de panes y peces de Jesús; pero Él nos dijo: “Me da pena esa muchedumbre, denles ustedes de comer” (64) y éste es un llamado a los poderosos del planeta.
          Ella, cuando su hijo iba rumbo al calvario con la cruz a cuestas, observó con suma gratitud y emoción que un campesino le ayudó a cargar la cruz, fue Simón de Cirene (natural de Libia el primer santo del África) quien después contó que mientras cargaba la cruz le parecía que Cristo era él y que él era Cristo, que la cruz la sentía como suya, que se sentía como el reo de quien los demás se burlaban, y que cuando la cruz chocó con una piedra sintió en el hombro ¡un dolor terrible! Por eso la madre dolorosa seguirá presente entre los humildes campesinos de los países del Tercer Mundo, porque sabe que ellos continúan cargando la cruz del sufrimiento de su Hijo, en el drama de la pobreza e injusticia social, que padecen incluso ahora en pleno siglo XXI en el que ya debería haberse superado este drama; pero es peor dado que la situación se ha agravado más.
          Por ejemplo, ellos son las primeras víctimas del recalentamiento global porque viven pegados a los fenómenos climáticos, y no poseen recursos económicos para superar las terribles consecuencias de este fenómeno que no es provocado por ellos. Así, por ejemplo, el recalentamiento global de la tierra producirá más hambre, porque en la actualidad sufre con mayor frecuencia de inundaciones, sequías, friajes, exceso de lluvias, etc. que afectan la producción agrícola. Este es el caso de Tanzania en la que se necesita urgente ayuda alimentaria debido a la sequía (65). “Hay demasiada hambre en el Cuerno del África, cerca de 20 millones de personas se encuentran en grave estado de desnutrición, y necesitan ayuda alimentaria de emergencia. La UNICEF ha puesto esta situación en alerta. En el África Occidental fuertes lluvias e inundaciones provocan la huída de miles de campesinos, y se destruyen y dañan cultivos” (66).
          Ante estas tragedias “María la mujer fuerte que soportó la pobreza, el sufrimiento y la huída al exilio” (67), que por su condición de madre en el calvario adquirió dimensiones universales (68), ella ahora como madre nuestra ¡se quiebra de dolor por estos dramas! Como cuando lo hizo camino del calvario encontrando a su hijo cargando la cruz, ¡destrozado de tanta tortura! y ella se desmayó al verlo en tal estado.
          La necesidad de sembrar los biocombustibles, ante la actual crisis energética que será mayor en el futuro, y por disminuir el impacto negativo sobre el medio climático que provocan los combustibles fósiles, el cultivo de los biocombustibles está provocando una crisis alimentaria, cuyas primeras víctimas son los campesinos pobres. Es así como se designan mayores extensiones de campo de cultivo para la plantación de maíz o la caña de azúcar, que son productos que no se destinan luego para la alimentación sino a la elaboración de biocombustibles. Algunos estudiosos califican este hecho como un crimen de lesa humanidad. Esta situación se agrava cuando en lugar de cultivar alimentos, se cultiva grandes extensiones de pastizales para el alimento de vacunos, cuya carne satisface las demandas de hamburguesas de poblaciones ricas de Europa.
          Pero además, lo que preocupa mucho a nuestra Madre Santísima es que en el regalo de la creación divina dado a la humanidad, en los campos de cultivo, se está produciendo un fenómeno de alto riesgo para la biodiversidad y el medio ambiente, mediante el cultivo de productos genéticamente modificados en el uso de las semillas transgénicas. Este hecho constituye un peligro tal que requiere a la vez establecer un sistema de vigilancia, alertas y normas de bioseguridad, pues hay el riesgo de la contaminación genética con graves efectos al medio ambiente y a la biodiversidad (69). Por la ventaja de mejorar la productividad de las semillas es que se asume tremendo riesgo. Los productos transgénicos en Brasil produjeron: “la aparición de plantas resistentes a herbicidas como la soya RR, por lo que la propia soya transgénica se convirtió en una yerba dañina…También se señaló que ya se presentan incidentes de contaminación genética en el mundo debido a los transgénicos” (70).
          Esta seria amenaza, como si fuera poco, atenta contra la vida de la creación en nuestro planeta, y son las poblaciones rurales de los países pobres las que sufrirán más, así como también pueden caer en la dependencia económica de las potencias mundiales que comercializan las semillas transgénicas. La Santísima Virgen María en su tierra natal (Nazaret), y en Belén, en sus escenarios rurales observó que el campesino es  con Dios co-creador de vida de plantas y frutos, y así ofrece a la sociedad el servicio primordial para la subsistencia. Pero ahora el hombre está atentando y poniendo en peligro este escenario rural y su biodiversidad, porque quiere más y mejores frutos.
          Ella que entregó a su niño primero a los brazos de los pastores y campesinos que se le acercaron en Belén, y que conoció y vivió con ellos la vida llena de privaciones por la marginación en pobreza, sufrió con ellos la incomodidad de la vivienda precaria, el frío y el hambre. Ahora los escenarios rurales con su biodiversidad y los otros que la recibieron posteriormente en sus diversas apariciones, están en peligro, como el de Fátima en Portugal, etc.
          Están en peligro estos campos rurales que son ahora nichos de animales, plantas y frutos para nuestro alimento, deleite y sustento; producto de la providencia divina desde cuando Yahvé mando a nuestros primeros padres a cultivar la tierra, para que con el sudor de sus frentes consigan el pan de cada día. Está en peligro este ambiente rural en el que nació y creció la Virgen María por la que se “escondió en él toda la gloria y la gracia venida de Dios. Está en riesgo este escenario rural que fue el mismo aposento y estancia donde se relató la más alta embajada y de más importancia que vieron y no entendieron todos los cielos y todos los ángeles, y todos los moradores de las moradas sempiternas, porque donde estuvo María apareció pronto Jesús” (71).
          5. El drama de los inmigrantes
          Agobiados por la pobreza muchos abandonan su patria y sus hogares para migrar a países desarrollados, en pos de trabajo, en los cuales tratan de establecerse, con el consiguiente desarraigo cultural y familiar. Pero allá por esas tierras desarrolladas no siempre son bien recibidos y padecen demasiado para lograr un trabajo estable que dignifique su persona y a su familia. Últimamente son perseguidos como si fuera un delito su presencia, los encarcelan y los regresan a sus respectivas tierras. Otro tanto muere en el camino a países desarrollados, víctimas de acciones policiales de control de fronteras, o de las mafias de “trata de personas”. La madre de Jesús fue migrante en su huída a Egipto, ahora comparte con ellos sus problemas, porque también sufrió desarraigo, nostalgia y pobreza.
          Ahora hay, según la ONU, 37 millones de refugiados en el mundo motivados por conflictos armados, desertización de tierras, hambrunas, etc. (72). Hay 240 millones de trabajadores migrantes, según noticieros de EWTN (canal televisivo).
          “Debido a la comunidad de origen, el género humano forma una unidad, porque Dios creó de un solo principio todo el linaje humano…La unidad de su morada es la Tierra cuyos bienes todos los hombres, por derecho natural, pueden usar para sostener y desarrollar sus vidas” (73), por eso los migrantes deben ser recibidos como hermanos en Dios e hijos de una misma madre: La Santísima Virgen María. Ella también al llegar a Belén tocó puertas en busca de una posada digna, pues el frío agobiaba en la noche, pero no la recibieron y tuvo que hospedarse en un pobre establo, allí nació Jesús. Años después, ante el rechazo que sufrió su Hijo después de su primera prédica en Nazaret, también tuvo que emigrar de allí a poblaciones vecinas, y sola, nunca más tuvo hogar propio. Dejó esta ciudad natal con todo lo que para ella significaba como carga afectiva y la experiencia trascendental de la Anunciación del ángel Gabriel; desde entonces ambos madre e Hijo ya no tuvieron jamás casa propia, y terminaron sus vidas como simples huéspedes, peregrinos (74).
          Por eso, ella se solidariza con el peregrino sufriente, con el desterrado de su patria, con los niños abandonados en las calles y sin hogar propio, con los caminantes sin tierra que los albergue, con los que no reciben posada (como ella en Belén) y con los que pierden su hogar o su patria por motivos de lucha por la subsistencia. María llora con los rechazados y arrojados de su hogar, con los palestinos cuyos vecinos por colocarles un muro divisorio los separaron de sus casas. Llora también por los enfermos mentales que sin asistencia sanitaria, sin calor ni cuidados del hogar vagan por las calles ante el repudio de los demás. Sufre por el indigente que carece de hogar que lo albergue, porque ella no recibió albergue al llegar a Belén.
          Cuando en Belén, ciudad a la que tuvo que emigrar María por mandato del gobierno, allí ya pronto de alumbrar al niño Jesús, no encontró posada, ¡qué momentos terribles de desamparo tuvo que vivir como madre! Carecía de un lecho caluroso y seguro dónde descansar su cuerpo, se refugió sólo en un portal con todas las incomodidades y privaciones que esto significaba para ella y su familia: frío, sed,  dureza del lecho, falta de higiene, etc. Toda mujer que ha llevado en su vientre a su hijo por nacer, comprende el sufrimiento que significaría para María y su Hijo esta precaria situación de desamparo social por la que tuvo que pasar.
          Por eso, la madre del Redentor, invoca a la sociedad, a los pueblos para que cumplan con la obra de misericordia de dar posada al peregrino, al que carece de casa, en especial a los niños, pues Jesús dijo: “quien recibe a un niño me recibe a mí”. A ella deben acudir en oración los inmigrantes para que no sean arrojados por las actuales leyes migratorias, antes bien sean acogidos solidariamente, valor que María cultivó con su prójimo y es nuestro paradigma a seguir. También deben acudir a ella para que muchos de ellos no sean víctimas del racismo, la xenofobia, y cuando son víctimas de la discriminación que provocan las políticas económicas neoliberales.
          Porque, por ejemplo, constatamos que en Europa hay racismo contra los negros, y que desde el 11 de setiembre hay también rechazo a los musulmanes. ¿Acaso no saben que los migrantes africanos, sus familiares han vendido todo para juntar dinero que les permita enviarlos fuera de su continente? ¿Acaso han olvidado que los europeos también antes migraron a otros continentes, según nos registra la historia universal? ¿Acaso han olvidado que ellos, al migrar y establecer sus colonias nos trajeron al cristianismo y nos evangelizaron para el amor y la solidaridad con el prójimo?
          En el Deuteronomio capítulo 24 versículo 17 y 18 Dios dijo que no hagamos injusticia al extranjero, “Acuérdate que fuiste esclavo en Egipto y que el Señor Dios tuyo te libertó de allí”. En el versículo 20 de este capítulo 24 dijo: “cuando cojas las aceitunas no vuelvas a recoger las que quedasen en los árboles, sino que las haz de dejar para el forastero, el huérfano y la viuda”.
          Antes de Cristo “el concepto de prójimo se refería esencialmente…a los de la comunidad compacta”, a partir de Cristo “mi prójimo es cualquiera que tenga necesidad de mí y que yo le pueda ayudar. Se universaliza el concepto de prójimo, no se reduce a una actitud generosa y abstracta, poco exigente en sí misma, sino que requiere mi compromiso práctico aquí y ahora. …En la gran parábola del juicio final en el cual el amor se convierte en el criterio para la decisión definitiva sobre la valoración positiva o negativa de una vida humana, Jesús se identifica con los pobres, los hambrientos y sedientos, los forasteros, los desnudos, enfermos o encarcelados” (75). Ante el juicio final dirá a algunos: “Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, era peregrino y me hospedasteis…En verdad os digo, siempre que lo hicisteis con algunos de éstos mis más pequeños hermanos conmigo lo hicisteis (76).
          La Virgen María que nos dio muestras de su espíritu solidario, ahora nos pide globalizar la solidaridad con los migrantes, porque en muchas regiones del mundo están aumentando los movimientos migratorios, y con tristes dramas. Por ejemplo, por los abusos y violencia un tercio de los cristianos en Bagdad (Irak) se han visto obligados a dejar su país. En Colombia están expulsando a los campesinos, lo hacen los narcotraficantes (77).
          En la República Democrática del Congo (África) hay masiva huída de sus pobladores, por las atrocidades, saqueos, violaciones y combates del conflicto interno entre las brigadas desertoras y las milicias del gobierno (78). En realidad son innumerables los casos de migraciones masivas dentro y hacia fuera de países, que actualmente ocurren en el mundo, motivados por diversas causas como pobreza, conflictos, inundaciones, falta de empleo, etc. Así es como en Estados Unidos actualmente hay 37 millones 500 mil inmigrantes, de los cuales 12 millones son indocumentados, los que ahora son por eso objeto de rechazo. Por otro lado, a causa de la última guerra que sufrió Irak hay refugiados iraquíes en diversos países vecinos, sufren por ello pobreza, ante la indiferencia de muchos. La ONU estima que 17 millones de africanos viven fuera de su lugar de origen, entre los cuales hay talentos fugados.
          María que desde Belén nos dio constantemente el modelo de familia migrante, como nicho de vida, protección y educación de los hijos, amor y asistencia mutua entre conyugues; ahora ella contempla angustiada, la desintegración de las familias a causa de la separación de sus miembros que origina la migración a tierras lejanas del extranjero. “¿Sabía usted que, miles de mujeres, por falta de recursos emigran de su país todos los años? Dejan su casa, familia e hijos, a cargo de otra persona. Se convierten en mano de obra barata y vital para la economía del país receptor. Al año migran más de 90 millones, la mayoría buscando mejores condiciones laborales" (79). Luego ellas, producto de su trabajo, envían remesas a su familia quedándose con escaso dinero para disponer en sus propias necesidades. ¡Qué triste la vida de los niños de estas familias rotas! Esta es una forma brutal de ataque a esta institución y con ella a la sociedad, porque la familia es el pilar y célula básica de toda sociedad.
          La Madre de Dios invoca a los corazones de los habitantes de los países desarrollados para que acojan con amor y solidaridad a los migrantes que a ellos acuden, porque detrás de ellos se esconden dramas como: la pobreza, el desempleo, la persecución religiosa, guerras, conflictos internos, hambrunas, sequías, etc. que motivan su éxodo de sus naciones de procedencia. Y en el caso de María el drama que motivó su huida a Egipto fue la matanza decretada por el rey Herodes contra el niño Jesús y los demás niños de Belén.
          6.- El consumismo
          Gracias a los avances tecnológicos y científicos desarrollados por el hombre, como ser privilegiado creado así por la divinidad, ha logrado el desarrollo de tres niveles de industrialización, para ahora la producción de masivos bienes de consumo, en un producir más en menos tiempo y a bajo costo. Sin embargo, en estas condiciones los capitalistas, para sus ganancias, están transformando a la población mundial en sociedad de consumo. Vivimos por eso un consumismo que nos lleva a comprar por comprar, aunque sean productos no siempre necesarios. Antes la basura no tenía valor, ahora sí porque se llena de cosas que no necesitamos.
          Pero las inmensas poblaciones de pobres siguen marginadas. Hay abundancia de productos alimenticios, pero ellas no tienen plata para comprarlos, mientras que los que consumen en exceso pareciera que están así quitando el pan de la boca del hambriento. No hay tractores ni abrigo, u otros elementos básicos de subsistencia para los pobres, pero sí hay televisores para decirles que compren. El consumidor se endeuda y endeuda, es una víctima porque los medios de comunicación le inculcan en forma sistemática a que lo haga. Cuatrocientos billones se gastan en publicidad, el marketing dice: lo importante es comprar. Se ha reducido a los ciudadanos de los países desarrollados a entes consumistas, lo que atenta contra la dignidad y riqueza moral de la persona humana, y los está llevando a una crisis económica.
          La Santísima Virgen María fue de las poblaciones marginadas y en pobreza, en esa época las autoridades romanas disfrutaban también de abundancia económica producto de la explotación que generaba en los pueblos oprimidos, por su sometimiento bélico imperial. Así es como ella, desde entonces ya conocía de la explotación del hombre por el hombre, de la nación fuerte sobre la débil. Vivió al margen de la opulencia de los ricos romanos, sacerdotes y fariseos de su pueblo. No obstante, en estas condiciones ella logró inmensa riqueza espiritual, la que le permitió la encarnación del Divino en su ser.
          Así, no nos dio el modelo de búsqueda de  riqueza material. De este modo no nos dio el ejemplo de lujos ni de abundancia material económica en su hogar, pues vivió de manera sencilla en austeridad y pobreza. Ella fue el modelo que Yahvé escogió para enviar a Jesús, su Hijo al mundo, porque sabe que la persona que sí busca la riqueza material, la abundancia de lujos y la fortuna económica puede perder su alma, y de manera inmediata deshumaniza su vida espiritual. Es en estas condiciones que los capitalistas caen en el consumismo y están creando una sociedad de consumo, para así ganar más.
          El consumismo es ahora tan exagerado, en las economías mundiales desarrolladas, que ha generado en ellas un desbalance: la actual crisis económica, que como un callejón las puede llevar a una pronta recesión; y arrastrar a la economía mundial del planeta a sufrir las consecuencias de la misma.
          Según el informe del canal televisivo peruano Willax del 2 de mayo del 2012, el 80 por ciento de las transacciones comerciales se hacen con dólares americanos, y ahora esta moneda está cayendo. Por otro lado, la ONU en Enero de 2012 expresó que en Europa hay problemas con la deuda soberana, hay ya medidas de austeridad y mayor desempleo; además manifestó que la economía mundial está al borde de la recesión.
          Por ejemplo, en Estados Unidos de Norteamérica ya hay 13 millones de desempleados, y 100 millones de estadounidenses están a nivel de pobreza. China mostró una pequeña desaceleración de su economía en el 2011, a pesar de ser este país el principal exportador del mundo, y ahora el de mayor crecimiento. Bélgica, Grecia y España están en recesión, entrarán pronto en este estado otros países.
          Ante este panorama, la Santísima Virgen María se preocupa por sus miles de hijos que ahora en Europa sufren, porque aunque sus bancos reciben fondos del Banco Central Europeo, para mejorar los mercados, este dinero no les llega a su economía real, y ellos sufrirán por los impuestos de estos créditos (canal TV. DW, 5/3/12). María se preocupa porque en Estados Unidos gran parte de sus hijos en miseria se han organizado en protestas, mediante el “movimiento de los indignados”, reclamando al gobierno más puestos de trabajo.
          Ella, como madre nuestra sufre, porque si la economía mundial se está contrayendo, sufrirán más las poblaciones que en pobreza extrema están desde mucho tiempo atrás, en diversas partes del mundo. Por ejemplo, la población de Yemen que es uno de los países más pobres del mundo árabe, la de Myamar que es uno de los países pobres del Asia. Según el informe del canal televisivo católico EWTN del 21 de Julio del 2012, en el África del Este 20 millones de personas sufren hambre, y a 700 mil de ellas la fundación Caritas las auxilia, con el Espíritu solidario subyacente de nuestra madre la Santísima Virgen María en esta institución católica.
          Se preocupa también por el futuro de la salud de sus niños, la que corre riesgo de agravarse por la posible expansión de la crisis económica. Por eso, María también sufrirá por lo pequeños más desprotegidos del mundo, los que están en Asia y África. Y lleva en su corazón la angustia de que se empeorará la pobreza de más de 9 millones de niños, que mucho antes de esta crisis, sufren en América. (información última del canal CNN en Español del 3/10/09).
          Si recordamos el hecho que María fue eminentemente solidaria con su prójimo, hallaremos el camino más apropiado para mitigar la crisis actual, puesto que todos debemos ser responsables de todos, en una forma y perseverante situación de actuar buscando el bien común, para lo cual debemos cuidarnos mutuamente entre países. Las naciones no deben separarse por intereses egoístas, unas naciones deben ayudar a otras que lo necesitan, aun a costa de renunciar al bienestar de sus economías, pues ese sería el precio de la solidaridad entre las naciones en crisis económica.
          Jesucristo fue también solidario con nuestros sufrimientos y carencias, y mediante la colaboración de la Santísima Virgen María se hizo uno con nosotros también en la pobreza.    
          
      

FUENTES
Pobreza y hambre en el mundo
1.     Noticiero televisivo EWTN.
2.     Internet: Servindi-Mundo, Razones de peso contra la pobreza y desigualdad.
3.     Canal TV. CNN en Español. Noticieros.
4.     Diario peruano “El Comercio”, ob. cit. 30/10/97.
5.     Letanías a la Virgen.
6.     Mateo 23, 1-36.
7.     “El Comercio” ob. cit. 11/07/10, datos de la ONU.
8.     Génesis 3, 16.
9.   Ibid. 3, 15.
10.                  TV. CNN en Español. Comentario de Lipovetsky Giles.
11.                  Encíclica “Populorum Pogresio”, ob. cit. p. 34-35.
12.                  Lucas 9, 13-16.
13.                  Catecismo de la Iglesia Católica, (1778), Ob. Cit. p.404.
14.                  Ibid. (1777)
15.                  Loc. Cit. (1778)
16.                  Ibid. (1778)
17.                  Vallejo César, “Poesía completa”, Primera Edición Cicla-Concytec, 1988, Dirección de literatura y teatro, Editorial Libertad, E.I.R.L, Sudamérica, Perú (Trujillo) p.247-248.
18.                  Discurso del Papa Juan Pablo II en Portugal.
19.                  Bergolio, José María, S. J. “María la que desata los nudos”, Ob. Cit. p.28.
20.                  T.V. EWTN, Mensaje del Padre Hurtado, Concytec 1988, Trujillo, Perú.
21.                  Velasco Gamboa, Emilio, Internet. Monografías.com, “Estudio social”.
22.                  Internet, Forum Libertas.com, Diario digital: Desarrollo y pobreza, 14/12/07.
23.                  TV. EWTN, Informes.
24.                  TV. EWTN, Informes.
25.                  Noticiero televisivo, canal 70 de Metrópolis TV., 2008.
26.                  Ugarte, Eduardo, “La pobreza en el mundo”, 2007, en You tube, video, Internet.
27.                  Noticiero televisivo, canal 70 de Metrópolis TV., Perú, 2008.
28.                  Informes de EWTN Noticias.
29.                  “María la que desata los nudos”, ob. cit. p.26 y 28.
30.                  Papa Benedicto XVI, Encíclica: “Sobre el desarrollo humano integral en la caridad y en la verdad”, EPICONSA,  Ediciones Ed. Paulinas, Documento Pontificio, “Cáritas in Veritate”, 2009, Lima Perú, p.38.
31.                  Loc. Cit.
32.                  Ibid. p.40.
33.                  “María la que desata los nudos”, ob. cit. p.57.
34.                  Papa Benedicto XVI, Encíclica: “Sobre el desarrollo humano integral en la caridad y en la verdad”, Caritas in Veritate, Ob. Cit. p.41.
35.                  Biblia: Libro de la Sabiduría, capítulo 13, versículo 9.
36.                  Biblia: Lucas 1, 46-55.
37.                  Otto Hophan, María nuestra excelsa señora, ob. cit. p.163,164.
38.                  Deecay Vela, Antonio, “Jesucristo la aventura de Dios en la tierra”, Fondo Editorial Hemisferio, Impresión editorial Stella, p. 294, 1997.
39.                  Otto Hophan, María nuestra excelsa señora, ob. cit. p.161,162.
40.                  Biblia: Lucas 18,25
41.                  Ibid. 19, 1-10.
42.                  “María la que desata los nudos”, ob. cit. p.48.
43.                  Universidad San Martín de Porres, 40 años, “Enciclopedia del estudiante”, Larousse, p.47, 1996.
44.                  “María la que desata los nudos”, ob. cit, p.27.
45.                  Ibid. p.34, (de Juan 2,15)
46.                  Noticiero televisivo EWTN, 3/01/10.
47.                  Biblia: Lucas 11, 2-4.
48.                  Observatori del Deute, Articulista de Enbuenasmanos, Internet “La deuda externa en el mundo”.
49.                  “María la que desata los nudos”, ob. cit., p.28.
50.                  Flores Bocanegra, Rosa Angélica y profesor Cordeva Egocheaga, “Deuda externa mundial”, Internet, Monografías.com.economía Thunderbird, School of Global manegement. Deuda externa.
51.                  Figari, Luis Fernando, “Con Santa María en América Latina”, ob. cit. p.26.
52.                  Ibid. p.27.
53.                  UNESCO, (informe) Educación África, Internet, “Dramas de las poblaciones rurales en los países en vías de desarrollo”,
54.                  “Enciclopedia del estudiante”, ob. cit. p.34-37.
55.                  Reportaje Televisivo de TV. EWTN.
56.                  Otto Hophan, María, ob. cit. p.157-158.
57.                  Noticieros de EFE Madrid, Internet, 2009.
58.                  Informe noticioso de EWTN 5/10/09.
59.                  Internet Admundo.com sacado el: 27/7/08. Síntesis de noticias.
60.                  Biblia: Efesios, capítulo 3.
61.                  Biblia: Mateo 5, 3-12.
62.                  Papa Benedicto XVI, “Caritas in veritatis”, “Sobre el desarrollo humano integral en la caridad y verdad”, ob. cit. p.43.
63.                  Ibid. p.21
64.                  Biblia: Mateo 15, 32-37.
65.                  Revista católica latinoamericana de misiones: “Misión sin fronteras”, Nro. 296, 2010. Editan misioneros combonianos del corazón de Jesús. Director Padre Miguel Ángel Villegas Serrano.
66.                  Loc. Cit.
67.                  “El libro de la Virgen”, ob. cit, p.59.
68.                  Loc. Cit.
69.                  Diario La República, informe de la doctora Gutierrez, Antonieta, 13/05/08.
70.                  Diario La República. ob. cit. informe científico brasileño de Nodari Rubens, 10/07/08.
71.                  Internet, Wikipedia, Enciclopedia Libre, Mariología.
72.                  Canal Televisivo CNN en Español, 17/06/08.
73.                  Catecismo de la Iglesia Católica, (360), p.86.
74.                  Deecay Vela, Antonio, “Jesucristo la aventura de Dios en la tierra”, Ob. Cit. p.283-284.
75.                  Encíclica sobre el amor humano. Ob. Cit. p.28.
76.                  Biblia: Mateo 25, 35-40.
77.                  Canal televisivo CNN en Español, 20/06/08.
78.                  Internet, Noticias Internacionales Hispavista, 13/07/07.
79.                  Internet, Aula intercultural, El Pastoral de la EducaciónIntercultural.

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